Uma más allá del amor
Entonces vemos a Uma (Alexandra Braun) y Leo (Orlando Delgado) encabezando la historia llamada por muchos una ‘bella pareja’.

Especial para Ideas de Babel. El actor es la imagen de la película. El actor es un creador. Todos somos actores en buena parte de nuestras vidas, cuando saludamos a alguien que nos desagrada o cuando cometemos una infracción y queremos salvarnos de la multa alegando que fue un descuido. La actuación es duende, juego, mentira convertida en verdad. En fin, la actuación está en nuestras vidas. La película Uma: mas allá del amor de Alain Maiki tuvo su premiere en Venezuela para su entrada a la cartelera comercial, la semana pasada. Es la segunda película del director, después de Devuélveme la vida (2016)

Esta historia transcurre en Italia, en Gaeta, una isla en Venecia. Allí, una pareja de jóvenes venezolanos se conocen y viven su historia de amor. ¿Y cómo no? Italia es uno de esos países europeos que invitan al amor, con lugares considerados sinónimo para enamorados, del amor y demás temas románticos, como Venecia. Así como París y las lunas de miel. Entonces vemos a Uma (Alexandra Braun) y Leo (Orlando Delgado) encabezando la historia llamada por muchos una ‘bella pareja’, y además se le suman a la historia las actuaciones de otros venezolanos como William Goite, Pedro Medina, Henry Zakka, también identificamos a la española Ana Turpin y la Argentina Natalia De Negri en otros papeles de soporte.

Sí usted no ha visto la película puede ver el tráiler en YouTube y observar tres cosas llamativas. Una fotografía en un lugar donde es difícil fotografiar mal, que nos habla de un buen presupuesto para una película independiente, un choque que nos habla de que hay una tragedia en medio de este amor y, por último, una pareja armónica, atractiva. Todo eso es lo superficial. El afiche, por mencionar algo más de la superficie, no arroja un arte correcto pero pero sí una sentencia abstracta “Más allá del amor” quizá apelando a la tradición y el gusto por la telenovela, el melodrama del venezolano.

Unas 580 personas aplauden de pie al finalizar la función de estreno para la prensa e invitados en el Centro Cultural Chacao, donde hasta el alcalde asiste. ¿Pero qué aplauden? Vamos a minutos atrás y hablemos de la película. Es difícil hablar de la película sin develar la historia. Pero si algo falla en ella es el trabajo del director a la hora de narrar audiovisualmente el guión. La historia queda como un cliché, que no sorprende, que no emociona, que no es efectiva, por ser una historia ya antes contada que el público recibe sin mucha sorpresa y la crítica reprueba.

Quizás el juicio final del párrafo anterior, es muy pesado. Pero es grosero vender una película como multipremiada, con la pompa de ser realizada afuera y no emocionar. Por hacer el trabajo justo y correcto, revisamos e investigamos y los festivales ganados son muy pequeños, algunos casi muestras. El valor de estos premios radica en el tema banal del ego pero a la película poco le aporta, puesto que no hay ningún indicio de entrada comercial en otro mercado que no sea 15 salas en Venezuela, un mercado deprimido.

Tiene el look de una película estandar, atractiva, pero algo falla. No hay manera que un país con tanta tradición melodramática, compre una historia que no lo conmueva verdaderamente, el empaque es una cosa pero la realidad es otra. Y aquí es cuando nos ponemos del lado de los actores. Alexandra Braun sale airosa, su mejor papel, por encima de otras intervenciones en cine, teatro y televisión. Por eso las constantes felicitaciones del público a la salida, regresando un momento al cierre de la premiere.

El resto de actores demuestran oficio. Henry Zakka, William Goite, Ana Turpin y Pedro Medina sacan adelante su trabajo con lo que saben: el oficio. De resto van huérfanos, acompañados de una fotografía hermosa pero que no hace que el relato sea efectivo, conmovedor, contundente. Incluso los actores menos convincentes son aceptables. El protagonista Orlando Delgado y la argentina DeNegris fueron una selección de casting. No se les puede reprochar nada, quien les dio el papel fue el director y su equipo. Se debe sumar que en ambos casos gozan de cierta fama en sus países de residencia, como modelos o animadores, exitosos, respetados.

Qué difícil es dirigir una película. Tener las mejores locaciones posibles, actores sensibles, profesionales en todas las áreas, noventa páginas de  un guión con sus correctos puntos de giro no te garantiza ni éxito ni efectividad, al menos. En descargo del director, se le aplaude conseguir ese presupuesto, realizar y estrenar. No todo el mundo lo logra. Esto lo hace al menos un mejor productor que director. Aun así, sigue arrastrando la materia.

Sí lo medimos con los números primarios de la taquilla, la película va destinada a repetir o no superar el record del primer largometraje del director. Devuélveme la vida se estrenó en enero de 2016, con 17 pantallas, duró 6 semanas en cartelera y vendió 10.954 tickets. Uma: más allá del amor en su primer fin de semana llevó 1.950 personas al cine, mientras Devuélveme la vida llevoó 3.133. Todo esto da para analizar y crear un debate más largo, porque más allá de lo poco efectiva de Uma, es mejor película que Devuélveme la vida, su primer largometraje.

UNA: MÁS ALLÁ DEL AMOR, Venezuela, Italia y EEUU, 2017. Direción: Alain Maiki. Guion: Alain Maiki, Liz Maiki, Rosa Clemente, Raúl Prieto, William Goite. Producción: Liz Maiki Chacón, Alain Maiki, Epic In Motion, AMZ Venezuela, Trinitus Productions. Fotografía: Alain Maiki. Montaje: Alain Maiki. Música: Jaime Cardona. Director de Arte: Maurizio Carrao. Elenco: Alexandra Braun, Orlando Delgado, Natalia Denegri, Ana Turpin, Henry Zakka, William Goite, Pedro Medina, Fabio Massimo Bonini y Nello Nappi. Distribución: Gran Cine.

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