Talentos ocultos
La trama suena muy interesante, tanto intelectual como emocionalmente.

Una desventaja del negocio del entretenimiento es la cantidad de películas que se estrenan todos los años. Algunas no logran mantener su relevancia con el paso del tiempo. Esto va más allá de ser ‘buena’, se trata de resaltar del montón en medio de un océano de información. El nivel de los largometrajes tiene que ser mucho más alto para ser del agrado de la audiencia y que no se olviden de lo que vieron hace dos años. Al momento de estrenarse una película es difícil distinguir las piezas sobresalientes, pero lo cierto es que muchos filmes de calidad terminan en el olvido. Éste parece ser el caso de Talentos ocultos.

Talentos ocultos es la historia real de Katherine G. Johnson (Taraji P. Henson), la matemática afroamericana que ayudó a la NASA durante el Proyecto Mercurio y misiones posteriores, junto con sus colegas Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) y Mary Jackson (Janelle Monáe). Kevin Costner, Kirsten Dunst, Jim Parsons, Glen Powell y Mahershala Ali completan el elenco. Es dirigida por Theodore Melfi y escrita por Melfi & Allison Schroeder, basada en el libro de no ficción del mismo nombre de Margot Lee Shetterly.

La trama suena muy interesante, tanto intelectual como emocionalmente. Sin embargo, no fue suficiente para que Talentos ocultos sea una película para la posteridad. Aunque lidia con la segregación racial y los derechos civiles desde un punto de vista completamente diferente, será apilada junto al resto de filmes con un tema similar, al estilo de 12 años de esclavitud hace unos años. Hay unos momentos clave para la película que la hacen única. Sin caer en spoilers, tiene que ver con levantar la voz y exigir tus derechos sin que te pisoteen. Cambia el tono de una historia de martirio a una resolución más lograda, creíble sin rayar en lo curse. Unos cuantos personajes muestran humanidad más allá del color de la piel, siendo una bocanada de aire fresco. Se evidencia que no todas las personas en ambos extremos del conflicto son un estereotipo del grupo al que pertenecen.

Es fácil dejarse llevar por las emociones y alabar a Talentos ocultos superficialmente, pero definitivamente no es sobresaliente. Al adentrarse en detalles, no hay indicios ni sustancia que indiquen que llegó al Olimpo del cine de este año. Sucede también que es de carácter histórico, eliminando automáticamente el elemento sorpresa. Te puedes imaginar cuál va a ser el final, siendo bastante predecible. Al llegar a la mitad se torna aburrida. Se necesita más que buenas interpretaciones, atuendos creíbles y ambientes de época para hacer que una película sea irresistible. Más aún cuando tratas un tema tan familiar para la audiencia, te paseas sobre la delgada línea entre ser memorable y caer en el estereotipo.

No es de sorprenderse que Taraji no fue nominada al Oscar. Hasta el reconocimiento de Octavia no es meritorio, está a punto de ser encasillada como la típica mujer sureña pícara, así como su personaje en The Help, Minny Jackson. La que se merecía la nominación es Janelle Monáe, la mejor de los tres personajes principales. Es una cara fresca en la pantalla grande más conocida en los círculos musicales. Monáe fue encantadora y franca, robándose el escenario de Henson & Spencer. A pesar de esto, la Academia no la nominó.

Del otro lado del espectro tenemos el sinnúmero de herramientas a nuestro alcance hoy en día. Cualquier cineasta promedio en Hollywood puede recrear un momento pasado y rodarlo con la maquinaria indicada de forma convincente. Cuando la estética es más fácil de lograr, el hecho de que un largometraje sea bonito no es suficiente. Nos hemos acostumbrado a términos como HD, 3D, y cine digital. Las audiencias de hoy demandan más que las de hace 10 años. Es un desafío para el oficio tener que reinventarse, sólo los pioneros logran avanzar.

Talentos ocultos tiene importancia histórica y nos toca una fibra muy humana, siendo que estos dos elementos sólo ayudan hasta cierto punto. El tiempo dirá si los elogios son una moda pasajera o un reflejo de la realidad para los años que vendrán.

Es un 3/5.

*Publicado originalmente en https://vivianrusso.wordpress.com/

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