Miss Sloane
La película permite a Jessica Chastain ofrecer un ejercicio de actuación brillante.

Tras bastidores, de forma discreta, en el Capitolio de Washington los especialistas del cabildeo cocinan las estrategias polí­ticas. Es un juego implacable que compromete el destino de millones de seres humanos. Es un problema ético.

Esta es la premisa de Sola contra el poder (Miss Sloane), el nuevo film de John Madden que aborda el espinoso tema del control de las armas de fuego en un paí­s donde las masacres se suceden de forma brutal y continua.

La historia sigue los pasos y las acciones agresivas de la exitosa lobista Elizabeth Sloane, una mujer movida por el deseo de ganar a cualquier costo, una gran maestra de la manipulación, una exterminadora implacable. Famosa por ser la mejor en su trabajo, aunque sacrifique su vida personal y afectiva.

Por eso es abordada por la NRA (National Rifle Association of America) para dirigir la defensa de la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América, que permite a los ciudadanos poseer armas de fuego. Pero para sorpresa de todos, Sloane rechaza la propuesta de la NRA, renuncia a su posición de influencia en una poderosa agencia de cabildeo y se hace cargo de la campaña del competidor, el filántropo Rodolfo Schmidt, quien aboga por el control de las armas.

John Madden —autor de Shakespeare enamorado (1998), La deuda (2010) y El exótico Hotel Marigold (2011)— narra su trama con un ritmo vertiginoso y revela algunos procedimientos políticos del poder, en la tradición de los dramas de las grandes salas de audiencias. Delata la trampa calculada como herramienta para la manipulación parlamentaria. Con esta historia construye un fantástico entretenimiento inteligente y consigue equilibrar el abordaje de varios subtramas sin perder el foco.

A primera vista, el film parece propaganda contra la ausencia de control de las armas y de la propia segunda enmienda. Pero va más allá y se revela como una exploración definitiva del poder y la influencia del cabildeo en la polí­tica norteamericana. Expone una especie de realidad aumentada donde la hipérbole sirve para ilustrar la facilidad que existe para crear y gestionar influencias en Washington. Con un argumento muy didáctico, el guionista Jonathan Perera coloca la cuestión de las armas en un plan secundario y prefiere abordar un dilema ético y muy controvertido que ha dividido a la sociedad estadounidense. Después de todo, este es un tema muy polémico dentro de la cultura norteamericana.

La pelí­cula permite a Jessica Chastain ofrecer un ejercicio de actuación brillante. Bella, inteligente y valerosa, ejecuta uno de los mejores papeles de su carrera. Pero detrás de esta gran protagonista hay un gran elenco secundario que incluye a Gugu Mbatha-Raw como el compañero con un pasado difí­cil, Alison Pill como la antigua asistente de Sloane, y John Lithgow, Sam Waterson y Michael Stuhlbarg como las contrapartes que tratan de derrotar al personaje central.

Los sucesos ocurren —incongruencias, desencuentros— pero más allá de las contradicciones Miss Sloane es el triunfo del entretenimiento comercial con alto coeficiente intelectual.

Embarcado en un peligroso juego del gato y el ratón, el film de Madden posee un timing casi perfecto para desenmascarar un sistema corrupto que no es exclusivo de EEUU, lo sabemos. Es el tipo de película que invita a la reflexión.

SOLA ANTE EL PODER (Miss Sloane) EEUU, 2016. Dirección: John Madden. Guion: Jonathan Perera. Producción: Ben Browning, Kris Thykier, Ariel Zeitoun. Fotografía: Sebastian Blenkov. Música: Max Richter. Montaje: Alexander Berner. Diseño de producción: Matthew Davies. Elenco: Jessica Chastain, Mark Strong, Gugu Mbatha-Raw, Alisson Pill, Michael Stuhlbarg, Jake Lacy, Sam Waterston, John Lithgow.

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