Sergio Ramírez
Caramba, sortarios los nicas por tener en usted un raro ejemplar hispanoamericano que combina sensibilidad humanísima, talento literario y analítico, impecable biografía política.

Es una sensación político-literaria, por así llamarla, la que deja su reciente Antología personal – 50 años de cuentos (Hotel Letras, España, 2017).

Con la mejor buena envidia se presiente una Nicaragua liberada antes que Venezuela, pues no tiene el inmenso tesoro mineral que la convierta en una malquerida rica heredera, víctima de intereses muy ajenos a la seriedad legal. La sociedad mayoritaria nicaragüense, con estudiantes universitarios a la cabeza, está secundada sin reservas al fin por el empresariado y la firme Iglesia Católica. Y por justas y numerosas razones tiene en usted al óptimo candidato para coordinar la primera junta de transición en el retorno a la democracia republicana.

Su verdadero país no aparece en mapas digitales o impresos, tampoco se retrata completo en el Himno Nacional. Ni su bandera blanca y azul termina por definir esa sufrida, compleja estructura cultural que sí tiene imagen honda y clara en su vasta obra narrativa, ensayística, de opinante cronista en la prensa, todo eso con una bonhomía que representa lo mejor de la esencia nicaragüense.

Con el verso de Rubén Darío Margarita está linda la mar, novela de 1998, tema para un thriller; Adiós muchachos, autoficción de 1999, relato del proceso generacional sandinista, materia para un documental; Ya nadie llora por mí, modelo para un buen largometraje con solistas distintos que integran un coro final novelizado (2017) y el resto de su escritura, usted atraviesa la historia, el imaginario nacional y sus jergas hasta hoy, con la nitidez de quien conoce a su gente a fondo, la quiere con delirio bajo control desde un original humorismo de diseño fílmico, punzante calma que horada y confronta sus defectos, triunfos, fracasos y logros. Allí están registradas la cruel dictadura de Somoza, la revolución sandinista donde usted participó activamente, y la hora actual en vías hacia un futuro libre de corrupción, insania y sangrante abuso de poder.

En su patria, los partidos políticos tradicionales fueron ilegalizados en las últimas falsas elecciones que la malvada pareja Ortega-Murillo montó en escena para perpetuar su trono criminal (tiene calco en Venezuela). Pero mejor así. En ellos no hay egos caudillistas resentidos ni peleados, se unieron a la gran masa rebelde que lucha desarmada contra los matones militares encubiertos como ‘policías voluntarios’ y los polos están claritos: hay un ejército particular de la tiranía totalitaria, bandidos que se autocalifican de ‘sandinistas’ (en Venezuela es el narcogeneralato chavista ‘bolivariano’ que apadrina colectivos, milicianos y delincuentes comunes). Ambas turbas por igual encarcelan, torturan y disparan contra la población que los adversa, realizan reclamos aislados y en cada manifestación de manos limpias alzadas califican de ‘imperialismo golpista’ (frase castrochavista) el derecho a la protesta. El Foro de São Paulo los cría y ellos se juntan.

Sergio Ramírez. Caramba, sortarios los nicas por tener en usted un raro ejemplar hispanoamericano que combina sensibilidad humanísima, talento literario y analítico, impecable biografía política.

Motiva esta rápida nota la semejanza comparativa entre los infiernos populistas, más el artículo aquí publicado el pasado 23 de septiembre con el nombre “¿Cómo empezó todo esto?”, en días en que me deleitaba con estos cuentos de medio siglo que seleccionó. De ellos, uno muy breve, pieza maestra, al modo de Juan Rulfo pero en su personalísimo estilo, se titula El centerfielder, en el que copia el habla popular para revelar en trazos fulminantes la mentalidad perversa de las mafias que se declaran patriotas revolucionarias mientras ejecutan su acción psicópata contra ciudadanos indefensos.

Don Sergio, en medio del oscuro laberinto inaugurado hace sesenta años en Cuba, se percibe que vuestros mares y tierras y los nuestros fueron y de nuevo serán bonitos. Es que solo en libertad puede brillar la auténtica lindura.

alifrei@hotmail.com

 

 

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