Obra de Oswaldo Vigas
A través de esta muestra se podrá observar cómo la obra de Vigas se distingue, a lo largo de su desarrollo, por su profundo sentido de pertenencia al continente americano.

El Museo de Arte Moderno de Bogotá —conocido en los espacios culturales colombianos con el sonoro nombre de Mambo— recibe la muestra antológica Oswaldo Vigas 1943-2013, y abre sus puertas al público del jueves 16 de julio al 23 de agosto. Este es el tercer capítulo de la exposición itinerante sobre el gran artista plástico venezolano que comenzó a finales del año pasado en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima y siguió a principios de 2015 en al Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile. Se trata de una iniciativa de la Fundación Oswaldo Vigas, creada en 2010 para preservar la obra del maestro, que continuará en importantes instituciones museísticas de Buenos Aires, Sao Paulo, Río de Janeiro, Ciudad de Panamá, México DF y algunas ciudades de Estados Unidos.

Quiero recordar que Vigas —quien nos dejó en 2014— es considerado uno de los precursores del arte latinoamericano moderno, al lado de figuras tan notables como Fernando de Szyzslo, Roberto Matta, Wifredo Lam, Oswaldo Guayasamín o Rufino Tamayo. Los críticos han definido su obra —realizada entre Francia y Venezuela— como una síntesis original de las raíces culturales del continente latinoamericano y las corrientes más actuales de la modernidad.

La muestra que se presenta en el Mambo incluye 70 pinturas y 6 esculturas seleccionadas bajo la curaduría en Colombia de María Elvira Ardila y en Venezuela de nuestra respetada Bélgica Rodríguez. Allí están Bruja infante (1951), Proyecto para mural en verde (1953), Bestiario (1963), Comedora de pájaros (1976), Comadres de Ypacarai (1995) y Crucifixión (2013), entre otras piezas fundamentales. En la presentación de Oswaldo Vigas 1943-2013 que escribió Rodríguez para el Mambo se puede leer:

«Consciente de lo que desea, busca el camino que le permita desarrollar una estética propia en la pintura figurativa de la Venezuela de la época. Corren los años cincuenta del pasado siglo. Una profunda fascinación por la cultura prehispánica local lo lleva a viajar por diversas regiones del país, y también por la América del Sur. Conoce y estudia la iconografía de estas manifestaciones artísticas; le impresiona la figura femenina, la ‘Venus’ achatada de ojos grano de café, de ella toma elementos y rasgos luego presentes en personajes característicos identificados como las ‘brujas’ de Vigas, sobre esto el mismo artista comenta, «después de aplastarles la cabeza, les estiré el cuello, les puse a relucir las costillas, les arranqué dedos de las manos y los pies».

A través de esta muestra se podrá observar cómo la obra de Vigas se distingue, a lo largo de su desarrollo, por su profundo sentido de pertenencia al continente americano. Ello se expresa mediante imágenes de carácter cosmogónico que remiten tanto a la naturaleza —elementos minerales, vegetales y animales— como a la figura femenina, que vincula míticamente con la tierra y al origen de la vida.

Me parece importante destacar que el Mambo fue fundado en 1955 bajo la dirección de la crítica argentina Marta Traba, un personaje muy apreciado en el medio artístico en Venezuela, pues vivió varios años entre nosotros. Pero, en un gesto típico de su carácter y sus convicciones políticas, que muchos conocimos, Marta anuló esta fundación del Mambo y la rehizo en 1957, a la caída de la dictadura de Rojas Pinilla. En 1969 entregó el Museo a Gloria Zea, bajo cuya dirección renació admirablemente la institución e inició la etapa más fecunda de su existencia. La señora Zea será la anfitriona de Oswaldo Vigas 1943-2013,

OSWALDO VIGAS 1943-2013. Exposición antológica con 70 pinturas y 6 esculturas. Museo de Arte Moderno de Bogotá, del 16 de julio al 23 de agosto. Calle 85 # 14-16, Bogotá.

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