Ocho discos de 2014

Una selección de los álbumes más interesantes, en distintos géneros, por ocho críticos de ‘Babelia’. Voces impactantes, fusión flamenca, ritmos africanos y un mito del ‘brit-pop’

Una historia de amor

Granada solo se puede entender como una historia de amor, aunque ya sabemos que las más bellas y grandes historias de amor se han escrito con profundas heridas del corazón. Un romance que se balancea entre la canción de autor y el rock, entre géneros y lenguas, entre la voz de Silvia Pérez Cruz y la música de Raül Fernández, que la envuelve y la sumerge en atmósferas magnéticas, aterciopeladas o eléctricas. Juntos se adentran en un repertorio ecléctico que, lejos de aparecer en el balance final como cajón de sastre, guarda una bella unidad construida en un mano a mano lleno de energía. Lo mismo cuando invoca el duende de Enrique Morente o el fantasma de Edith Piaf, un clásico del pianista Hoagy Carmichael o una protest song de Lluís Llach, la canción renace victoriosa a la nueva luz del día. La voz de Pérez Cruz avanza entre pasajes sombríos y misteriosos a través de un lenguaje propio, creado a medias entre músico e intérprete. Al final, una bella historia de amor que nos muestra también sus cicatrices. Pero qué sería del amor sin sufrimiento. Carles Gámez.

Silvia Pérez Cruz & Raül Fernández Miró. Granada. Universal Music

 Un viaje ‘liederísitico’

En uno de los mejores recitales liederísticos de los últimos años, el tenor Jonas Kaufmann, la voz de moda en la escena lírica internacional, y el pianista Helmuth Deutsch, su habitual acompañante, establecen una moderna referencia en la amplísima discografía de Viaje de invierno, el más trascendental cicloliederístico de Franz Schubert. Sorprende la variedad de acentos, la riqueza de matices, la paleta de colores de los paisajes del alma del desolado varón que expresa su dolor por un amor perdido en este conmovedor relato schubertiano sobre poemas de Wilhelm Müller, una de las cumbres del repertorio romántico germánico. La voz de Kaufmann perfila los más estremecedores acentos del viaje liederístico con un centro y un registro grave de tintes de barítono, pero también luce la claridad en los agudos de un tenor lírico de ardiente temperamento. La capacidad de otorgar valor a cada sílaba encuentra el reflejo en un piano de desbordante elocuencia. Un Schubert de extraordinaria belleza e intensidad poética que la grabación, de gran claridad y equilibrio, permite saborear al detalle. Javier Pérez Senz

Jonas Kaufmann, Helmut Deutsch. Schubert Winterreise (Viaje de invierno). Sony

Notas que son filosofía

«Charlie Haden no toca notas, hace filosofía». Las palabras de Pat Metheny cobran sentido cuando se escucha la última grabación del contrabajista-filósofo a dúo con el pianista Keith Jarrett. Los viejos camaradas volvieron a reunirse durante cuatro días de 2007 para hacer lo que les es propio: conversar. De aquellas sesiones salieron dos discos, Jasmine, en 2010, y Last dance, publicado en junio de 2014, un mes antes de la muerte de Haden. Un disco que son muchas cosas: una loa al vituperado estándar de jazz que cobra dimensiones cuasi esotéricas; un canto a la generosidad de un género que demanda en quien lo practica la máxima atención a los argumentos ajenos; un disco de espacios infinitos, de un misticismo denso y arrebatador, de una serenidad crepuscular exenta de solemnidad; el más elocuente elogio a la lentitud; la más hermosa de las despedidas. Jarrett-Haden saborean el momento envueltos en una nube de palabras hechas música. El oyente se siente un voyeur contemplando a los dos creadores en plena faena a través de la cerradura. 74 minutos, 37 segundos de pura belleza. Chema García Martínez

Keith Jarrett, Charlie Haden. Last dance (ECM-DistriJazz)

Belleza intimista

El responsable de los más gloriosos himnos de los noventa podría entretenerse con jugosas variaciones de Girls and boys, pero la repetición de la jugada es impensable en el modus operandi de Albarn. Quizás este pueda considerarse su primer álbum en solitario (más allá de incursiones en la tradición maliense, óperas y monográficos sobre matemáticos renacentistas), así que el londinense asume la desnudez, los paisajes evocadores de los tiempos mozos, la gravitas derivada de sus 46 años. El rubiales eminentemente guaperas de Country house es hoy ese hombre encorvado y cariacontecido de una portada en blanco y negro y solo el simpático desparpajo de Mr Tembo, dedicada a una cría de elefante, escapa de la tónica meditabunda. Hay belleza minuciosa e intimista a raudales en cortes que abrazan el minimalismo electrónico. Surge la solemnidad contagiosa de Heavy seas of love. Está en Hollow pondsel sonido inaprensible de toda una infancia. Y figuran los memorables minutos de You and me: más allá de sus referencias a la heroína, una progresión armónica descendente y de hermosísima tristeza. Fernando Neira

Damon Albarn. Everyday robots. Parlophone

Bailar sin subterfugios

Jorge Drexler aparenta ser tipo serio. Sesudo, incluso. Puede que hasta demasiado. Y sus canciones así lo reflejan. Sin embargo, en las noches de concierto parece que gusta dejarse llevar por locales bailongos. De ese modo, descubrió que le apetecía dar forma a una serie de canciones, las que nutren Bailar en la cueva, que pudieran ser bailadas sin subterfugios. Para ello permitió que su música, cargada de habitual de una cierta melancolía, sirviera para mover pies y caderas. Lo sorprendente es que alcanza el objetivo sin renunciar a sus textos comprometidos, filosóficos y vitalistas de siempre, pero encajándolos en una apariencia formal que resulta inédita y que puede resultar chocante en un primer momento. Sin embargo, si uno escucha con atención, bulle el Drexler de siempre, solo que impregnándose de nuevas experiencias. Grabado en Colombia, este disco se sustenta en una declaración de intenciones: la música es anterior a la agricultura, en la cueva ya se jugaba con ella. Desde ahí, el cantautor viaja entre ritmos de esencia latina mientras hace alarde de un natural y apabullante dominio de la palabra. Puro placer. Juan Puchades

Jorge Drexler. Bailar en la cueva. Warner

Un clásico del siglo XXI

Apenas suenan los primeros compases, el sonido remite a las polvorientas calles de Bamako, una de las ciudades más pobres y con más músicos por metro cuadrado del mundo. El álbum, un mano a mano entre Toumani Diabaté y su hijo pequeño, Sidiki, el maestro de la kora y su mejor alumno, los dos músicos africanos que mejor dominan este instrumento, transmite emoción, alegría y rebosa elegancia. El disco funde pasado y presente del instrumento que usaron los griot durante siglos, cuya técnica se trasmite de modo oral de padres a hijos. Sidiki Diabaté, padre y abuelo de estos instrumentistas, grabó el primer disco de kora de la historia en 1970. Su nieto, el pequeño de los Diabaté, se ha formado en el conservatorio de Malí y procede del hip-hop, pero da la talla. El álbum, 10 temas instrumentales, se grabó en un estudio de Londres con Nick Gold y Lucy Duran, los productores y casi inventores de lo que se conoce como world music, como testigos de excepción. Aclamado por la crítica internacional, Toumani & Sidiki ya figura como uno de los grandes clásicos del género. Amelia Castilla

Toumani & Sidiki. A World Circuit. Production

Folclore transatlántico

Mientras se curtía con Caraoscura, Martirio o Son de la Frontera, el músico sevillano Raúl Rodríguez recorría un viaje de más de 20 años. Entrega ahora el contenido de su mochila: un disco al que acompaña un hermoso cuaderno de notas. Cada tema tiene una historia que funde la experiencia vital y musical con la investigación antropológica y la creación. En un proceso intenso, reflexivo y fascinante, Raúl recorre el camino de doble sentido que va de Andalucía a la otra orilla atlántica para reinventar estilos de un folclore imaginario y crear una música que nace del encuentro de ritmos ancestrales de los dos lados. Reconstruye el fandango indiano o la caña preflamenca y recrea la petenera veracruzana mientras presenta aportaciones propias como el punto flamenco, las sonerías, blueslerías… y el tres flamenco, un instrumento tan mestizo como sus composiciones. Se hace cargo de todas las instrumentaciones y se revela como cantante (contaor) de unas letras, en su mayoría propias, que además de declaración de intenciones, constituyen una reivindicación de la décima espinela, estrofa ahora tan repentista en Cuba. Fermín Lobatón

Raúl Rodríguez. Razón de son. Libro-CD. FOL Música

Milagro pop en patrón retro

Tienen una imagen tirando a vulgar. No vienen de una de esas urbes eternamente modernas o de moda. Sus tres primeros álbumes tuvieron la repercusión justa. Así y todo, Future Islands se han convertido en uno de los grupos más celebrados del año gracias a un disco que se vale de patrones retro —el tecnopop de principios de los ochenta— para crear algo especial. La singularidad y el gancho de Singles reside, además de en esas canciones que contagian emociones con absoluta naturalidad, en la combinación de música principalmente sintética interpretada por un vocalista terrenal. Samuel T. Herring tiene voz de blanco poseído por el soul, una suerte de Joe Cocker moderno que hace vibrar composiciones que quizá sin su aportación seguramente serían meros ejercicios de estilo sobre grupos concretos —Depeche Mode, OMD, Human League y hasta B Movie—. Pero el sentimiento que insufla Herring a ‘Back in the Tall Grass’ o ‘Fall from Grace’, por citar solo dos ejemplos, sumado al impacto de unas melodías perfectas, producen el milagro pop que esSingles, un disco sólido que cala hondo. Rafa Cervera

Future Islands. Singles. 4AD / Popstock!

 *Publicado originalmente en Babelia.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/19/babelia/1419003706_868149.html

 

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