Mike Nichols 1Ha muerto Mike Nichols. 83 años. Parece mucho para quien siempre ha parecido un adolescente eterno. Y no precisamente porque sus películas hablen exclusivamente de ello, no. Pero una de ellas parece eternizar el arquetipo de adolescente en su propia encrucijada hacia la madurez. En ese pequeño gran punto de quiebre que todo ser humano parece enfrentar antes de continuar su camino o convertirse en un Peter Pan eterno. 

Nichols irrumpió en la escena cinematográfica con nada más y nada menos que la adaptación cinematográfica de ¿Quién le tema a Virginia Woolf? (de Ernest Lehman sobre la obra original de Edward Albee, 1966). Frente a él, dos animales feroces, Elizabeth Taylor y Richard Burton, devorándose a dentellazos. Por dentro, una nueva semilla, la de ese cine prodigioso que dará la vuelta de 180 grados al cine clásico de Hollywood.

Cinco premios de la Academia (uno de ellos para Elizabeth Taylor como mejor actriz) y una nominación como mejor director fue el saldo de tan sonoro debut. Un debut que disipó el factor suerte un año después con la más sutil, pero rompedora en muchos aspectos, El graduado (1967). La adaptación de la novela de Charles Webb (que firmaron Buck Henry y Calder Willingham) ya no sólo catapultó a un rostro que ya era lo suficientemente mayor como para interpretar a Benjamin Braddock (Dustin Hoffman) y ni qué decir lo que haría con la carrera de esa actriz que bien podría apodarse monstruo interpretativo: Anne Bancroft. Su Mrs. Robinson es hoy uno de los diez mejores roles femeninos en la historia del cine, o cuando menos icónicos.

El graduado le dio su único Óscar como mejor director de sus cinco nominaciones.

En adelante, el derrotero de Nichols mantuvo el tono cercano al melodrama. Aún así, se permitió cruzar las líneas de su propia tradición apostando por su propia mirada a la política: Primary Colors (1998), La guerra de Charlie Wilson (2007), la denuncia y el biopic en Silkwood (1983), el cuento de hadas urbano en Working girl (1998). E incluso al fantástico con Lobo (1994).

No obstante, el melodrama romántico no dejó de ser su punta de lanza. Aún en sus horas más duras y oscuras, a decir Closer (2004) y su adaptación —brutal— de la obra de teatro Ángeles en América (2003).

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