Un texto para la comprensión de nuestras conductas en el plano histórico.

La herencia de la tribu, de Ana Teresa Torres, es el ensayo que más ha centrado mi atención en los últimos tiempos —junto a El insomnio de Bolívar, del mexicano Jorge Volpi— no sólo por el tema que trabaja —la conversión del héroe independentista del siglo XIX en la representación mitológica, primero, y la justificación ideológica, después, del héroe revolucionario del siglo XXI— sino por el afilado enfoque desarrollado en tres amplios y muy bien documentados capítulos que evaden las simplificaciones de cierta historiografía, hurgan en rincones incómodos de nuestra memoria nacional y reordenan nuestra propia percepción de la venezolanidad y su “destino histórico”. Un enfoque afilado en los pliegues de una investigación sobrecogedora que —sin ánimo reduccionista— observa, registra, analiza y desnuda las figuras de Simón Bolívar y Hugo Chávez. Toda una tentación.   

Esta psicoanalista caraqueña ha creado una importante trayectoria editorial en distintos campos del conocimiento, de la cual conozco mejor su vertiente literaria. Sus novelas El exilio del tiempo (1990), Doña Inés contra el olvido (1992), La favorita del señor (1993), Vagas desapariciones (1995), Malena de cinco mundos (2000), Los últimos espectadores del Acorazado Potemkin (1999), El corazón del otro (2004), Nocturama (2006); Historias del continente oscuro (2007) y La fascinación de la víctima (2008) conforman una impresionante batería de títulos en el terreno de la narrativa, sin contar sus ensayos literarios y psicoanalíticos. Ha recibido premios de peso tanto en Venezuela como en el exterior y desde 2006 es Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua.

Del subtítulo Del mito de la independencia a la Revolución Bolivariana se establecen los alcances teóricos del nuevo libro de Torres, quien desde su preámbulo —Los héroes andan sueltos— postula su posición crítica ante esta atadura al pasado que hemos padecido los venezolanos, bajo el paraguas histórico de la gesta inacabada del Libertador. Un estadista ambicioso y un político agudo que devino en prisionero del uniforme militar y en estandarte de un culto religioso de proporciones desmesuradas. Ese hombre constituye el punto de partida de una interpretación de nuestra historia y sus valores, escrita y editada para trascender las fronteras venezolanas y para ser comprendida en otras latitudes. La herencia de la tribu se estructura formalmente en tres capítulos ceñidos a los siglos XIX, XX y XXI aunque en su discurso fluyan elementos que avanzan y retroceden de acuerdo con las necesidades del texto. Tales capítulos son El fundamentalismo heroico, Fracturas de la modernidad y La Revolución Bolivariana como alegoría nostálgica de la Independencia.

En El fundamentalismo heroico la autora se sumerge en los orígenes de los mitos de la venezolanidad, desde los inicios de la gesta independentista y a lo largo de una Venezuela devastada por la guerra contra España y posteriormente por las contiendas intestinas, hasta la víspera de la reunificación del país y el estado a manos de Juan Vicente Gómez. En esos casi cien años revisa los mitos de la independencia inconclusa, de la traición a Bolívar y de la necesidad de reencarnar lo que el caraqueño inició. En estricto sentido, se trata de la comprensión de los fundamentos de esta suerte de deuda histórica y patriótica, en el sentido menos digno del término.

En Fracturas de la modernidad Torres transita el siglo XX venezolano al amparo de más de medio siglo de dictaduras de distinto signo y tono, alimentadas por la riqueza petrolera, que desemboca en la instauración del modelo democrático en 1958 y el desarrollo de un proceso que —más allá de sus logros objetivos en materia sanitaria, educativa y social— habría de evidenciar sus fisuras hacia finales de siglo. Son distintas fracturas que actúan como los plot points de los buenos guiones, es decir, los puntos que marcan la alteración de la trama. Tales rupturas comprenden el período durante el cual se consolidan las formas de conductas que propiciarán la reencarnación de la revolución bolivariana como conclusión de la gesta libertadora.

Precisamente en La Revolución Bolivariana como alegoría nostálgica de la Independencia la investigadora entra de lleno a trabajar la otra figura mítica del héroe en nuestro país y desmonta con precisión quirúrgica el manejo simplista de la mitología bolivariana por parte de Chávez. Allí se encuentran las razones que impulsan esta especie de emancipación tardía pero necesaria en manos de un “designado” del siglo XXI que se nutre de manera oportunista de la nostalgia de un pasado de gloria militar sin tomar en cuenta los valores civilista. Desde luego, este es el capítulo que acapara el interés mayor de los lectores por necesidades muy fáciles de comprender. La verdad es que arroja luces importantes para entender no sólo cómo llegamos a estos lodos sino sobre nuestras necesidades futuras.

Tal vez Torres no tenía intención de escribir un libro histórico sino un estudio de nuestras conductas y nuestra identidad, al amparo de un mito que moviliza acciones transformadoras. La herencia de la tribu resultó una obra reveladora y muy bien documentada que se alimentó de fuentes históricas y sociológicas de diferentes investigadores reconocidos y también de pensadores clásicos como Mario Briceño Iragorry, Mariano Picón Salas y Arturo Úslar Pietri. En un país donde las “tribus” han sustituido a las instituciones, la comprensión del proceso que nos ha traído hasta estas orillas nos permitirá superar este modelo que nos aleja cada vez más de las reglas y ventajas de la democracia.

LA HERENCIA DE LA TRIBU. Del mito de la Independencia a la Revolución Bolivariana, de Ana Teresa Torres. Biblioteca Ana Teresa Torres Ensayo. Editorial Alfa, 2009, Caracas. 287 páginas.

About The Author

Deja una respuesta