P: Ayer Maduro pareció abonar el camino de la reinstitucionalización del paÃs anunciando que se elegirÃan a los nuevos miembros del Consejo Nacional Electoral, al Contralor General de la República y se llenarán las vacantes del Supremo. Todo proceso de negociación implica ceder y aceptar los ofrecimientos del adversario. ¿Este anuncio serÃa suficiente para pedir que se suavice la protesta?
R: Eso no depende de nosotros. La protesta es una expresión ciudadana. La gente lo está haciendo porque aspira a obtener su libertad.
P: ¡La oposición tiene la fuerza para poder obligar al gobierno a aceptar sus condiciones para dialogar?
R: Eso mismo se preguntaban al principio de la protesta. La respuesta está en la calle. Las madres y los compañeros de los jóvenes asesinados no desfallecen. Uno va a darles el pésame y te animan para que sigas luchando. Ya lo dijo Vargas Llosa: en Venezuela se juega ahora, como hace 200 años, el destino de América Latina. Y con respecto al diálogo y el papel de Unasur. Esta instancia tiene una deuda desde que los presidentes de Sudamérica se reunieron en Lima, a propósito de las cuestionadas elecciones del abril de 2013. Ellos se comprometieron a una auditorÃa integral de los resultados electorales y el envÃo de una misión para investigar los hechos de violencia. Sà estos acuerdos no se cumplieron, si ellos traicionaron la palabra empeñada con los venezolanos, ¿pueden venir a plantear un acuerdo entre las partes sin dar respuesta a lo anterior? ¿Creen que el pueblo de Venezuela va a confiar en una tercera parte objetiva cuando varios de esos cancilleres expresaron su incondicional apoyo al régimen de Maduro?
P: Ahora enfrenta el trance de su pérdida de curul. ¿No planeó esta consecuencia cuando decidió aceptar el cargo de embajadora alterna de Panamá ante la OEA? ¿Qué va a hacer para restituir su posición dentro de la Asamblea Nacional?
R: La Constitución es muy clara con respecto a los causales que determinarÃan el cese del fuero parlamentario. Ninguna de esas condiciones aplica en mi caso. El señor Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional) no tiene potestad alguna para destituirme.
P: Cabello ha dicho que no la va dejar entrar.
R: Cabello ha cometido toda clase de desafueros. Yo reitero. Soy diputada. Ejerceré mi función dentro y fuera de Venezuela. A la OEA fui como diputada para que en ese seno se escuchara la voz del pueblo reprimido, pero la decisión de hacer una audiencia privada, más la eliminación del punto de Venezuela en la agenda, determinó que yo asumiera accidentalmente la representación alterna de Panamá para poder hablar. Asà consta en una carta firmada por el propio secretario general del organismo José Miguel Insulza. Lo cierto es que impedirme hablar fue un enorme error polÃtico. El propio Insulza lo dijo: si la hubieran dejado hablar a esta señora seguro habrÃa tenido algún impacto, pero no hubiera tenido tanta resonancia como la que tuvo.
P: ¿La respuesta del gobierno de levantarle el fuero parlamentario era un costo que habÃas tomado en cuenta?
R: Yo utilicé un mecanismo previsto por la OEA que, vaya cinismo, este régimen también utilizó para que la canciller de Manuel Zelaya pudiera hablar.
P: El Gobierno ha dicho que la diferencia allà fue darle la voz a un gobierno derrocado. El gobierno dice que usted es una ciudadana de un paÃs que pertenece a la OEA.
R: Pudieran buscar miles de argumentos. Todos los embajadores de la OEA saben que no he cometido delito alguno y que estaba cumpliendo mi deber como diputada.
P: Usted siempre ha dicho que es imposible derrotar al régimen mediante elecciones. ¿HacÃa falta todo esto que ha ocurrido para revelarle a la comunidad internacional el cariz represivo del Gobierno? ¿Por qué no esperar a que se cumplan los lapsos previstos por la Constitución para convocar a elecciones?
R: Las elecciones presidenciales de abril nos dejaron una gran enseñanza: no basta ser mayorÃa y ganar elecciones cuando se enfrenta a un régimen perverso que controla todos los poderes públicos. Desde luego, que creemos en las elecciones para definir el futuro. Pero esto tiene que ir acompañado por una gran movilización ciudadana que haga retroceder a un régimen que tiene todas las instituciones cooptadas. Pensemos lo que se ha logrado en estas semanas de lucha. Pensemos en la Venezuela de finales de enero y la de finales de marzo. Un paÃs que desde afuera se veÃa aterrorizado y resignado y sin fuerza en contraposición a una Venezuela que despertó y que le ha arrebatado la máscara democrática al Gobierno.
P: Es la parte épica, pero van 36 muertos y más de 1.000 detenidos…
R: En Venezuela el hampa está desbordada. El año pasado asesinaron a 25 mil personas. ¿Cómo estamos hablando de 36 muertos si en Venezuela todos los dÃas asesinan a 60 personas?
P: La pregunta es: ¿es necesario pasar por todo esto para conquistar el poder?
R: Este régimen tenÃa como objetivo, por vÃa del apaciguamiento y la asfixia, la clausura de todo espacio de resistencia. Comparemos el deterioro de la libertad de expresión y de las libertades sindicales en este último año.
P: Pero si alguien le dijera que para salir de un régimen que usted caracteriza como pervertido hacen falta varios muertos, ¿usted comprarÃa ese argumento?
R: Es moral y éticamente inaceptable que ustedes planteen que la pérdida de una vida es justificable para cualquier cosa. La muerte es culpa de la represión. La protesta pacÃfica es un derecho ciudadano. Cuando una sociedad se la asfixia tiene dos opciones: o claudica o lucha. El pueblo de Venezuela optó por la segunda. Eso es lo que tiene admirado al mundo entero. Este movimiento ciudadano es irreversible.
P: ¿Qué impide que mañana se apague un poco la protesta? ¿Y si se apaga el saldo serÃa positivo para usted?
R: La protesta puede tomar distintas formas. Puede parecer que la intensidad decae, pero en realidad se reinventa con creatividad.
CortesÃa de http://alfredomeza.blogspot.com/2014/03/este-movimiento-ciudadano-es.html?spref=tw&m=1