Paella en Caracas
Lo curioso es que en los más importantes restaurantes españoles de Caracas —reseñado en esta excelente guía— se practica una suerte de sincretismo culinario.

No hay barrio, urbanización, sector o comunidad caraqueña sin por lo menos una casa de cocina española, ya sea una sencilla tasca o un restaurante bien montado. Las sazones de toda la península se hallan presentes en nuestras mesas, especialmente a través de los legados que vascos, catalanes, isleños, gallegos y valencianos —las principales olas migratorias que vinieron a lo largo del siglo XX— dejaron en nuestros paladares, aunque andaluces, aragoneses y asturianos también dejaron lo suyo. Son 53 los establecimientos registrados por la Guía de restaurantes españoles de Caracas, escrita por la periodista gastronómica venezolana Vanessa Rolfini y editada a finales de año por la Embajada de España en Venezuela. Un libro que «pone en valor el encuentro de dos culturas que han descubierto en la mesa, en recetas llenas de historias, un lugar común de sueños e ingredientes de ambos lados del Atlántico», en palabras del embajador Antonio Pérez-Hernández Torra, aunque en rigor yo preferiría hablar de «varias culturas» pues la gastronomía vasca es tan diferente a la catalana y la canaria tan distinta a la gallega. En algunas se cocina el arroz con frutos del mar, en otras prevalecen los productos de la huerta, pero en todas priva la calidad de la materia prima. Cocinas que se afianzan en sus tradiciones ancestrales.

Las influencias españolas conforman la más importante vertiente gastronómica en Venezuela y su cocina, al lado de la italiana, la portuguesa, la alemana, la libanesa o la francesa. Un predominio marcado por la fuerte presencia de sus colonias en nuestra vida como nación. En la segundo mitad del siglo pasado, Caracas llegó a ser un centro culinario cosmopolita como muy pocos. Aquí se podían encontrar excelentes establecimientos franceses o italianos o españoles en una misma ciudad, cosa que no sucedía en París, Roma o Madrid, Recuerdo que conseguir un buen restaurante italiano en la capital española era una verdadera proeza. Y conseguir un buen español en la capital francesa también lo era. Gracias a las inmigraciones Caracas y toda Venezuela se enriquecieron en lenguas, culturas y cocinas. Un verdadero privilegio.

Cientos de miles de españoles llegaron a Venezuela a lo largo del siglo XX procedentes de Galicia, Canarias, País Vasco, Andalucía y otras regiones y «encontraron en la despensa local el modo de seguir cociéndose con el mismo sabor, entusiasmo y calidad que en su terruño de origen», destaca Rolfini. La paella aprendió a convivir con el tarkary de chivo y el pulpo a la gallega alternó con el pabellón. Muchos españoles aprendieron a comer arepas y cachapas y los venezolanos degustaron los callos a la madrileña y los calamares en su tinta.

Portada_GRE_AprobadaLo curioso es que en los más importantes restaurantes españoles de Caracas —reseñado en esta excelente guía— se practica una suerte de sincretismo culinario. En mismo espacio pueden convivir la cocina vasca y la gallega, la asturiana y la navarra. Hace poco un grupo de gastrónomos afines a Ideas de Babel seleccionó los mejores locales, con marcada presencia de las cocina de Galicia y el País Vasco, y puso de relieve la importancia del norte de España y de sus costas. Pese a lo variado de su procedencia culinaria, los establecimientos españoles suelen ofrecer platos de todas partes en sus menús y así es normal que convivan en una misma carta un excepcional pulpo del Caribe a la gallega, un cocido madrileño o una paella valenciana, eso sí, cocinada a la manera local con jerez y aceite de oliva.

GUÍA RESTAURANTES ESPAÑOLES EN CARACAS, de Vanessa Rolfini. Embajada de Espala en Venezuela, 2014.

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