Las primeras reacciones se produjeron en Wall Street, donde el índice referencial S&P 500 cayó 2,8%, mientras que el Nasdaq Composite se hundió 3,4%. En China el Índice Shanghai Composite perdió 1,62%, mientras que la plaza financiera de Hong Kong caía 2,85%.
Las primeras reacciones se produjeron en Wall Street, donde el índice referencial S&P 500 cayó 2,8%, mientras que el Nasdaq Composite se hundió 3,4%. En China el Índice Shanghai Composite perdió 1,62%, mientras que la plaza financiera de Hong Kong caía 2,85%.
Las primeras reacciones se produjeron en Wall Street, donde el índice referencial S&P 500 cayó 2,8%, mientras que el Nasdaq Composite se hundió 3,4%. En China el Índice Shanghai Composite perdió 1,62%, mientras que la plaza financiera de Hong Kong caía 2,85%.

Luego de una tregua de un mes para explorar soluciones en el conflicto comercial entre EEUU y la República Popular China, el presidente estadounidense Donald Trump, de manera unilateral, manifestó su intención de imponer un nuevo arancel de 10% a los productos provenientes de China, por un valor de 300.000 millones de US$. a partir del próximo primero de septiembre.

Aparte de las acostumbradas declaraciones oficiales, este pasado martes, China como represalia, además de anunciar la suspensión de la compra de suministros agrícolas provenientes de EEUU, permitió que su moneda nacional, el yuan o renminbi (RMB), cayera en 1,4%, lo que ubicó la cotización de la misma el 6 de agosto en 6,9683 por dólar, algo que no había ocurrido en los últimos 9 años. Aunque al día siguiente sobrepasó el umbral de los 7 yuanes por dólar, esta medida ha introducido un nuevo ingrediente al conflicto comercial, generando una ola expansiva que se manifiesta no solo en las cadenas de suministro globales, sino que amenaza con afectar los mercados financieros, abriendo la brecha para una seria escalada en el conflicto comercial: una guerra de divisas.

Las primeras reacciones se produjeron en Wall Street, donde el índice referencial S&P 500 cayó 2,8%, mientras que el Nasdaq Composite se hundió 3,4%. En China el Índice Shanghai Composite perdió 1,62%, mientras que la plaza financiera de Hong Kong caía 2,85%.

Aunque las autoridades monetarias del Banco Central de China, en boca de su gobernador Yi Gang, han negado la intención de utilizar el tipo de cambio para “lidiar con problemas externos como las disputas comerciales”, el secretario del Tesoro de EEUU acusó de manera formal a China de “manipular” su moneda. Para muchos especialistas, esa declaración es tardía, puesto que esa es una práctica habitual de las autoridades chinas.

Cuando se producen este tipo de depreciaciones de la moneda nacional, lo que se busca generalmente es que los bienes y servicios nominados en esa divisa se abaraten para los compradores extranjeros, produciendo una ventaja competitiva en sus exportaciones, que se refleja posteriormente en las relaciones comerciales y en el ahorro interno.

Si el presidente Trump, en revancha, presionara a la Reserva Federal y al Tesoro norteamericano para generar medidas que debiliten el dólar para hacerlo más competitivo, otorgándole mayor competitividad en las exportaciones estadounidenses, tendríamos una verdadera batalla monetaria. Pero, este tipo de escalada por ahora verbal— corre el riesgo de desencadenar un verdadero caos en el sistema financiero, que se reflejaría negativamente en la economía global, ya con suficientes desequilibrios e inconvenientes que han impedido su recuperación.

A corto plazo, de mantenerse estas medidas, se vislumbran una serie de conflictos entre los cuales destacan:

  • Fuertes salidas de capital de China.
  • Es posible que afecte negativamente el sector de servicios y la implantación de políticas de inversión y comercio en el Acuerdo de Libre Comercio entre las naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y China, cuyo Protocolo de Actualización comienza a ser aplicado a partir de este mes de agosto.
  • Encarecimiento en el mercado interno de EEUU de productos importados, que terminará afectando al consumidor. Por ejemplo, Coca Cola anunció que una parte del metal que usa en sus envases es proveniente de China. Las medidas arancelarias aumentan sus costos de producción, por lo que sus productos aumentaron de precio.
  • El productor agrícola de EEUU disminuirá sus exportaciones de soja, carne de cerdo, algodón, etcétera,. a China. El gobierno tendrá que incrementar los subsidios a este sector.
  • Si los bancos centrales como el europeo (BCE) toma medidas para salvaguardar sus economías y sus monedas, agudizaría aún más el conflicto, agravando la recesión económica en el continente.
  • Se presionará sobre el precio de algunos productos básicos, donde el oro, sería el más demandado, por su condición de “refugio” para inversionistas y especuladores.
  • Estas tensiones también afectan los precios del petróleo que vienen siendo objeto de una caída en sus cotizaciones, a pesar de las medidas tomadas el pasado mes de julio por la OPEP y sus socios, para reducir el suministro del crudo en 1.2 millones de barriles por día. Por ahora, le permiten cierta estabilidad en el corto plazo.
  • En América Latina, las economías más vinculadas con China se verán perjudicadas en sus exportaciones.

 

 

About The Author

Deja una respuesta