El anuncio del gobierno venezolano sobre el traslado de parte de las reservas internacionales a Rusia, China y Brasil, y de la repatriación del oro, ha disparado todas las alarmas en el paÃs. ¿Cuáles pueden ser las posibles razones para esta decisión? Algunas ya han sido asomadas públicamente. Ordenémoslas y agreguemos las nuestras aquÃ. Especulemos con cinco hipótesis.
Una primera hipótesis es que la motivación sea la que dice el gobierno. Según éste, lo que se busca es disminuir el riesgo asociado a los paÃses en los cuales mantenemos las reservas. Esta hipótesis tiene el problema de que los paÃses elegidos son de mucho mayor riesgo que aquellos en los cuales están las reservas ahora. Sus economÃas son menos sólidas, y su institucionalidad es mucho más débil también. Ese traslado en vez de disminuir el riesgo, lo aumenta. Una pregunta para el equipo de gobierno es: ¿Qué paÃses colocan sus reservas internacionales en Rusia, China o Brasil? Por lo pronto, las noticias sobre el eventual traslado ya se tradujeron en deterioro de la calificación de riesgo crediticio para Venezuela. La razón del cambio en la calificación es muy sencilla: nuestras reservas se harán más difÃciles de certificar; su disponibilidad más incierta, y ello aumenta por tanto el riesgo de prestarle o invertir en el paÃs.
Una segunda hipótesis: El gobierno teme perder varios de los litigios que cursan en tribunales internacionales contra la Republica y contra algunas de sus empresas, principalmente PDVSA. De perder esos juicios, algunos de los cuales son por sumas muy considerables, sus activos en el exterior pudieran ser embargados, si el gobierno se niega a pagar. En este escenario, el gobierno desearÃa tener las reservas en paÃses menos apegados al derecho internacional y gobernados por gente más “amigaâ€.
Una tercera hipótesis: Algunos acreedores internacionales con los cuales se ha ido conformando una deuda significativa, como China, temiendo que en algún momento el gobierno no esté en capacidad de pagarle (o que uno nuevo no reconozca las deudas contraÃdas) han hecho presión para que parte de nuestras reservas internacionales, sean trasladadas a sus bancos centrales, como garantÃa de pago. Por supuesto, una presión de ese tipo no podrÃa nunca reconocerse públicamente, pero es comprensible la preocupación de los gobiernos extranjeros acreedores ante el deterioro del cuadro económico y polÃtico venezolano.
Una cuarta hipótesis: los altos jerarcas del régimen temen una situación de pérdida de legitimidad polÃtica, en la cual necesiten apelar a mecanismos no democráticos, incluido la fuerza, para mantenerse en el poder. En ese caso, la comunidad internacional podrÃa congela los fondos que el paÃs mantiene en el exterior como ha ocurrido recientemente con paÃses de Ãfrica y el Medio Oriente.
Una quinta hipótesis, variante de la anterior: funcionarios del régimen temen el final del gobierno y quieren tener las reservas lo más cerca y accesibles que sea posible. Ha habido casos de gobiernos que al dejar el poder se han llevado o tratado de llevar todo lo que han podido, incluido reservas internacionales. Un ejemplo no lejano en el tiempo es el de Guinea Ecuatorial.
Todos estas hipótesis hacen que los venezolanos veamos con muchÃsimas reservas el traslado de las reservas internacionales.