
El Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias —que se llevará a cabo del 11 al 17 de marzo— cada año se desarrolla con mayor complejidad y calidad. Un total de 12 películas en la Competencia Oficial Ficción, 10 en la Competencia Oficial Documental, 12 en la Competencia Oficial Cine Colombiano y 20 en la Competencia Oficial Cortometraje, fueron seleccionadas para la edición 55 del festival más antiguo de las Américas. Estas películas competirán por la India Catalina, estatuilla oficial del encuentro, así como por más de 100 mil dólares en premios.
El FICCI 2015 rinde tributo a Darren Aronofsky, uno de los directores más destacados del cine de EEUU contemporáneos. Este año fue presidente del jurado en la Festival Internacional de Cine de Berlín. Ha realizado películas importantes, con historias contundentes. Se proyectarán sus primeros cinco largometrajes: Pi, el orden del caos; Réquiem por un sueño; La fuente de la vida; El luchador y El cisne negro.
Con seis largometrajes, Aronofsky se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de cineastas. El mayor reconocimiento a su trabajo llegó con las cuatro postulaciones en los Globos de Oro de 2011 y las cinco a los premios de la Academia de Hollywood del mismo año por El cisne negro (2010), un thriller psicológico que ganó el Oscar en la categoría de mejor actriz para Natalie Portman.
Productor y guionista de casi todas sus películas, Aronofsky se distingue por construir sus argumentos alrededor de un personaje principal, por medio del cual expone sus preocupaciones en relación con el ser humano. En cada película aborda un tema y una forma de presentar sus dudas y obsesiones; siempre plantea posibles respuestas y cuestionamientos que ponen a prueba el equilibrio entre realidad y fantasía, fe y escepticismo. Se le considera un maestro a la hora de esbozar en sus filmes las preguntas que todo ser humano se ha planteado en algún momento: la relación entre vida, enfermedad y muerte, la posición del hombre frente a la naturaleza o las consecuencias de nuestros actos.
Después de realizar cuatro cortometrajes, con su ópera prima Pi, el orden del caos debutó en el Festival de Sundance en 1998 y recibió el premio al mejor director. Pi narra la vida de un brillante matemático, obsesionado con la idea de que, pese al aparente caos que rige el universo, existe un sistema numérico capaz de prever y controlar todo cuanto sucede en él.
Su segundo largometraje Réquiem por un sueño (2000), fue aclamado mundialmente por la crítica y el público, y se convirtió en un clásico de culto por su enorme poder visual y una banda sonora hipnótica. En este film, Aronofsky se centró en el mundo de las drogas y otras adicciones, y en sus devastadoras consecuencias.
Sus siguientes dos largometrajes La fuente de la vida (2006), una historia sobre el amor y la muerte, y El luchador (2008), en la cual narra la vida de un antiguo campeón de lucha libre que se encuentra en el ocaso de su vida profesional, muestran la complejidad de la visión del mundo que Aronofsky desarrolla en sus películas.
En su más reciente película, Noé (Noah, 2014), Aronofsky resuelve felizmente la tensión entre sus obsesiones de autor y el cine de gran presupuesto. La historia bíblica de Noé y el diluvio universal es el marco para una nueva inmersión del director en los terrenos de la fe, el pecado y la redención, y en la complejidad que esconden categorías binarias y en apariencia excluyentes como lo bueno y malo, lo divino y lo humano.