Judi Dench es uno de los pilares del film de John Madden.

El exótico Hotel Marigold de John Madden es una pieza sutil sobre la vejez. Una pieza con encanto, aunque solo borde el interesante enunciado que propone. La vejez como punto de inicio y no de un final vacio y solitario es sin duda un tema seductor con infinitas posibilidades. Las que Madden y su guionista Ol Parker desarrollan, forman parte de ese caleidoscopio de seres humanos de a pie que pueden encontrarse en todas partes.

Sin embargo, el exotismo impone, y no es para menos, la India subyuga en sus contrastes de caos y belleza, de riqueza y pobreza por igual. Una sombra que el cine británico aun no consigue quitarse de encima, desde los tiempos del propio David Lean (Un pasaje a la India), pasando por la propia Mira Nair (Vanity Fair), hasta el más reciente cine hecho por Danny Boyle (Slumdog Millonaire).

Por fortuna para ambos, y claro, para el espectador, la historia se sostiene gracias a la voz profunda de Judi Dench, narradora imprescindible de esta historia; y a los sabios ojos de Maggie Smith, a quien poco le falta decir o andar para robarse todas las escenas posibles.

En medio, un coro de intérpretes no menos grandes: Tom Wilkinson, Bill Nighy, Celia Imre y Penelope Wilton, quienes dan vida a un grupo de sexagenarios y un poco más; que con la excusa de su triste jubilación, aterrizan en la ex colonia de Su Majestad, buscando expiar pecados, decorar su decrepitud y comenzar de cero en esa espiral de nuevas oportunidades que la vida sirve constantemente.

Judi Dench lleva la voz cantante como la viuda que se resiste a jugar el rol de abuela y madre florero en algún rincón de la casa de su hijo. Dench decide reinventarse, aunque eso sea en un rincón de Bangalore, en un hotel tan arruinado como sus finanzas personales. Un espacio que es toda una metáfora y que sin embargo pasa desapercibido para Madden, quien le ignora casi por completo reduciéndole a un mero escenario y restándole la posibilidad de convertirlo en uno de los grandes personajes del relato.

Dench guia al espectador en aquella travesia al “no se donde” con voluntad tan férrea como dulce. Es poco probable resistirse a ello. Como también, poco probable no sentirse seducidos por el elevado espíritu aristocrático de Smith venida a menos, más que cualquier otro de los personajes del film.

Junto a estos dos portentos, Wilkinson y Nighy aportan el contrapunto masculino. El primero con una de las historias mas profundas, que daría por sí sola una película entera –pero que ac´s se diluye entre el coro del film-; y un Nighy tocado de encanto, redescubriéndose como hombre útil y vital precisamente en medio de una realidad que podría desbordarle en cualquier momento y que sin embargo termina seduciéndole a más no poder.

Madden traza así una historia que recuerda en su propuesta a la española La vida empieza hoy de Laura Mana y otro tanto a Come, reza, ama de Ryan Murphy. Sin llegar a ser un mezcla de una y otra, cierto es que tema y contexto se entrelazan en El exótico hotel Marigold. El mismo que se basta sin la presencia de Dev Patel, cuya historia es más un guiño al público joven que un aporte sustancial al relato.

Twitter: @cinemathon

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