Hay una ciudad que ronronea entre los rincones, perezosa y dueña de su vida. Hay otra ciudad que a ratos tiene rostros muy conocidos, que todos celebran, y por momentos, ofrece la faz de lo bien guardado, de lo propio. Más allá otra ciudad se vuelve generosa y galante, como una forma de combatir a la otra ciudad que nos acosa. Hay muchas ciudades en Caracas y no terminamos de recorrerlas, pero sabemos que están allí, esperando por nosotros o simplemente ignorándonos. A esa Caracas multicitadina es posible llegar gracias a un abogado y productor de cine llamado Pedro Mezquita que se declara amante de esos rincones, de aquellos laberintos, de estos pasillos urbanos, de abundantes sabores y fragancias, siempre matizados por los seres humanos. Me pongo a ojear Caracas Sabores y me reencuentro con lugares que hace mucho dejé de frecuentar o descubro las posibilidades que abren otros espacios para mí inéditos. El subtítulo de esta Guía Clímax reza “propuestas indispensables para conocer esta ciudad”. Ni más ni menos.

Con la cooperación de Paula Quinteros y su equipo de Clímax, Mezquita confecciona la quinta edición de su muy exitosa y muy personal bitácora de esta Santiago de León fundada en el valle de los Caracas. Una empresa titánica, arrojada, absolutamente romántica y desmesurada que registra 365 lugares donde comer, charlar, beber, cantar, enamorar y cualquier verbo grato que usted prefiera. Dividida geográficamente en el Noreste, de La Florida hasta La California, la zona más amplia y nutrida que avanza por las urbanizaciones emblemáticas de la ciudad; lo que Pedro llama Ciudad, que desciende desde Colinas de Bello Monte hasta El Paraíso, incluyendo Los Chaguaramos, el Centro y la otrora mítica y deslumbrante Sabana Grande; el Sureste, desde Las Mercedes hasta El Hatillo, desde Macaracuay hasta Valle Arriba;  y el añadido más reciente, Ávila, es decir, las rutas de Galipán en lo alto del gran cerro caraqueño. Esas cuatro zonas  albergan centenares de restaurantes, comederos, bares y lugares de encuentro, bajo la égida de las más diversas culinarias nacionales y regionales. De todos los precios y de todas las ambiciones. Así es la Caracas que cultiva Pedro Mezquita con un amor que muchos de nosotros compartimos aunque nunca terminemos de ponernos de acuerdo sobre cuál es el mejor restaurante siciliano o si de verdad vale la pena pagar tanto en un local muy fashion. Búsquenla antes de que se agote. Además, cuesta sólo sesenta bolívares.

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