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Naomi Watts y Edward Norton en un drama sobre el amor y el perdón.

En 1934 el cineasta de origen polaco Richard Boleslawski dirigió a la ya legendaria Greta Garbo en la primera adaptación de The painted veil, célebre novela de W. Somerset Maugham que narraba el desencuentro y el posterior reencuentro de un científico inglés con su esposa en los espacios remotos de una China azotada por el cólera y el subdesarrollo a principios del siglo XX. Se trataba —tanto en la novela como en la película— del enfrentamiento entre un hombre que amaba a su esposa y una mujer que no amaba a su marido, por una parte, y del contraste entre el mundo occidental y la China milenaria, por el otro. La segunda adaptación de la misma novela —presentada bajo el título en español de Al otro lado del mundo— fue concebida como un viaje misterioso a un espacio distinto y lejano que propicia el llamado viaje al interior de sus personajes. El director John Curran ejecutó ese periplo que habla del amor y de las circunstancias que lo hacen posible. Dicho en lenguaje coloquial, el mundo da muchas vueltas y el amor necesita encontrar su propio tiempo.

En 1925 el bacteriólogo Walter Fane conoce a Kitty, una atractiva muchacha de Londres que accede a casarse con él para escapar de una rígida familia. Poco después de la boda, la nueva señora Fane vive un affair con Charlie Towsend, también casado. Es descubierta por su marido, quien le ofrece dos opciones: arriesgarse a sufrir un escándalo público que afectaría a varias familias o acompañarlo a una misión humanitaria en una provincia china donde la población es diezmada por el cólera. La segunda opción es el comienzo de un largo camino de penas en un matrimonio fracturado por la infidelidad. Ella accede a vivir con el desprecio de su esposo mientras ve derrumbarse sus necesidades de amor. También es el principio del autoconocimiento a través del dolor de un pueblo sumido en el abandono y la enfermedad.

Lo que plantea el film de Curran —en correspondencia con la novela— va más allá de una historia romántica para sumergirse en las aguas de un tipo de amor mucho más profundo y de mayor alcance. Por ello, las monjas francesas que atienden el hospicio de la aldea adquieren un relieve significativo, en la medida en que abren las puertas de la esperanza para Kitty. El conocimiento de las vidas ajenas, la comprensión de sus penurias, la aceptación de sus sueños permiten que esta muchacha inglesa redescubra la vida. En este sentido, el guión de Ron Nyswaner es redondo, complejo y seductor. Traspasa las primeras reflexiones sobre la infidelidad y la institución matrimonial para insertarse en el terreno de la tolerancia y el perdón. Eso es lo hacen Walter y Kitty: aprender a conocerse y aprender a respetarse.

La fotografía de Stuart Dryburgh es de una gran belleza que ilustra el proceso de hallazgos que ambos personajes experimentan. La naturaleza china, abierta y desafiante, aparece en su gran esplendor. La forma como ilumina los interiores es plásticamente perfecta. La música de Alexandre Desplat expresa con fuerza la transformación emocional de Walter y Kitty. ¿Qué decir de las actuaciones de Edward Norton y Naomi Watts? Excelentes. Fueron secundados por Liev Schreiber, en el rol de Charlie Towsend, y el magnífico Toby Jones, como el Oficial británico que ya no puede vivir fuera de China. Es muy emocionante, además, ver a Diana Rigg como la madre superiora del hospicio, sobre todo cuando la recordamos como la espigada y deliciosa señora Emma Peel de la serie inglesa Los vengadores, de los años sesenta.

AL OTRO LADO DEL MUNDO (“The painted veil”), EEUU, 2006. Dirección: John Curran. Guión: Ron Nyswaner, sobre la novela de W. Somerset Maugham. Fotografía: Stuart Dryburgh. Música: Alexandre Desplat. Elenco: Naomi Watts, Edward Norton, Liev Schreiber, Toby Jones, Diana Rigg. Distribución: Empresa Cines Unidos.

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