Pelo malo 7El miércoles 11 de junio Trasnocho Cultural e Ideas de Babel organizamos un Cine Encuentro con el film Pelo malo, con la presencia de su directora Mariana Rondón, su productora Marité Ugás y el sociólogo Trino Márquez, bajo la moderación de la periodista Alexandra Cariani. Héctor Caldera asistió a esa cita y decidió escribir sus impresiones.

Imágenes bloque, la directora expresa “vivimos en bloques”, la película se desarrolla en el 23 de Enero con el cosmos de experiencias e interpretaciones que conviven en un bloque. Las cotidianas colas-bloque, los bloques emocionales: sus bloqueos por variadas y muy normales razones, el bloqueo de capacidades internas o escasez de recursos para afrontar las exigencias del día a día, el bloque en la mirada, en la capacidad de ver al otro, de realmente verlo y al verlo vernos. Inclusive el bloque posible en el espectador si se queda solamente con una primera lectura de lo que ve.

La directora no hizo concesiones, su guion se nutre de imágenes, ellas muestran, nos reflejan y también nos señalan, nos observa e indaga, nos exige. Abre un mundo de miradas, interpretaciones, paradójicamente nos da todas las concesiones posibles para permitir la libertad de elección en el espectador. Cada cual si quiere y puede, puede tomar, asumir, aceptar, comprender, quién sabe si integrar las imágenes-relatos que, reitero, nos reflejan o en todo caso nos muestran realidades del otro que, a la final, también son nuestras.

En el cine foro se evidenció el sentido de equipo entre productora y directora. Equipo es convivencia, es discusión, exploración, en este caso, de oportunidades narrativas y estéticas que reverencian el mensaje cinematográfico además del profundo respeto ante el espectador. De hecho, de espectador pasamos a ser audiencia, donde hay resonancia y juegos re-interpretativos de las imágenes. Imágenes que nos devuelven una realidad, nos puede pertenecer, clama por ser comprendida y en tal comprensión ampliar nuestras posibilidades de ver, de re-conocernos, re-acercarnos y quién sabe si al aceptar transformarnos en lo que podemos ser, unos con otros.

La directora expresa que en esta película es optimista, le da foco a un tema, el pelo malo en las vivencias de un niño, tema que acepta la oportunidad de renovación, rehacerse dada la naturaleza consustancial de crecimiento del pelo, así como del niño. Entonces, la aceptación tal cual de la realidad y de cómo somos en ella, es imagen y horizonte en el relato. Es alentador, dado que la real aceptación es el primer paso para toda posible transformación o cambio.

No quedarnos con una sola y primera lectura también es uno de los desafíos que nos presenta la película. Así es la realidad, diversa, compleja y múltiple como las capas de la cebolla. Así es la naturaleza humana, por ello la película resulta tan humana. Y lo presenta desde un ángulo intimista y a la vez, social, uno y otro conviven, se interrelacionan, tal como es la realidad para cada cual: interconectada e interdependiente.

Resulta un reflejo, sin concesiones, de la dinámica y cambiante realidad, al ser reflejo propicia la reflexión que no es más que volver a ver, desde adentro, aquello que hicimos o percibimos.  Tal reflejo es preciso y a la vez abierto en su mirada, lo que le da también a la película su carácter universal.

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