Petrocaribe
Lo cierto es que es justamente ahora cuando los países de Petrocaribe podrían independizarse de Venezuela. Y nosotros redefinir el acuerdo e incluso cancelarlo.

La propuesta del régimen de aumentar el precio de la gasolina en Venezuela no parecería algo descabellado si no fuera porque el régimen subsidia el petróleo a más de una docena de países.

Se ha argumentado que la permanencia de ellos en el poder evitaría una catástrofe internacional, pues la oposición no dudaría en cortar Petrocaribe. Que esto sería terrible para muchos países que se han vuelto dependientes de este flujo y del régimen. A los EE. UU. le preocupa y han advertido que ellos no pueden asumir la falta de ese flujo petrolero. Sin embargo, están desarrollando un programa a largo plazo para fomentar energía alternativa en el Caribe, bajo los auspicios de la OEA.

Lo cierto es que es justamente ahora cuando los países de Petrocaribe podrían independizarse de Venezuela. Y nosotros redefinir el acuerdo e incluso cancelarlo.

Hay dos circunstancias que lo permiten. Primero el bajo precio del crudo. El nuestro, según Maduro, está en 24 dólares y bajando. De suspenderse los acuerdos, ellos podrían pagar completa la factura petrolera, a nosotros o a otros suplidores, pues el precio actual sería un poco más de la mitad del que pagaban hace dos años que rondaba los 42 dólares promedio, luego de 50% descuento. Lo que sería fácil de asumir. Y no seguirían acumulando deuda. Claro que dejarían de ganar 20% que se entregaría a 25 años de crédito. Un pequeño sacrificio de su parte, luego de una década de disfrute. Segundo, EE. UU. acaba de eliminar la prohibición de exportar petróleo, que estuvo vigente desde 1973, lo que permitiría al Caribe buscar otros suplidores sin gran esfuerzo.

La amenaza del régimen de que su colapso, o en este caso la redefinición del acuerdo para el Caribe, sería catastrófico para esos países se esfumó.

Queda pendiente la deuda de Petrocaribe que Barclays calcula en 12 mil millones de dólares —sin incluir a Cuba— y, por supuesto, la suspensión del envío sin pago en efectivo de unos 100.000 barriles diarios a los Castro. Otra cosa sería poder cobrar a valor presente esa deuda. Que de utilizar el descuento hecho a Jamaica y República Dominicana llegaría a 6 mil millones de dólares.

Es inaceptable subsidiar a Cuba, Nicaragua y a otros gobiernos amigos del régimen en estas críticas circunstancias, y al mismo tiempo someter a los venezolanos a un aumento del precio de la gasolina. Cuando Venezuela está ávida de recursos para evitar que la economía se hunda más, los venezolanos podemos hacer aún más sacrificios, pero es injusto que el castrochavismo internacional y sus amigos o subsidiarios sigan siendo subsidiados y continúen sacando provecho de nuestro país.

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