alicia-freilich3¿Lo hubieran elegido presidente si la sociedad norteamericana no estuviera sumida en la  quizá más severa  crisis económica de toda su historia? Así  lo habrá  decidido   gran cantidad de la Norteamérica blanquita por fuera pero  negra  de  intenciones  que lo secundó diciéndose , si es tan bueno como parece, pues que agarre este  coroto maltrecho a ver  cómo lo recompone. Ay, pero los wasp  oportunistas  y otros microbios,  no  intuyen siquiera  que las minorías  humilladas crean anticuerpos físicos y mentales de donde salen los Luther King, Mandela y Obama, categoría de gente que reacciona  lenta , profunda, y positivamente  a lo largo de su accidentada biografía y va forjando una costra transparente de  carisma tan singular  que su sola presencia estimula lo mejor del organismo  social. Su  posible destino siempre es un enigma pues  el poder político resulta  una  virosis latente muy  peligrosa pero  en este caso puede ser combatida desde  el  sólido  mecanismo  constitucional que forjan los principios democráticos de ese país. 

Escoba nueva barre bien dice el  sabio dicho y Obama lo advierte cuando en ejemplares veinte minutos de discurso al recibir el mando, pide que cada quien asuma su cuota de responsabilidad y active  los deberes que lo ayuden al rescate de la nación.

Para esta cronista, envidiosa pitiyanqui, pendeja en el sentido más uslariano,la imagen que perdura, luego del gran acto inaugural, es la de Barack  abrazando a su compañera Michel,  en la última de las diez fiestas que cerraron el evento. Si el lenguaje corporal  es el espejo más nítido para reflejar  la verdad  personal , dice mucho ese gesto   tan estrecho  de la pareja   presidencial mientras baila una suave  pieza de jazz.Y  dice mucho porque ese   género musical  se forjó  desde un largo  sufrimiento   parejo a la  alegría de vivir en la esperanza y es el único capaz de  entregar a cada uno de sus ejecutantes el derecho a expresarse con creativa  libertad ¿ cantaba Frank  Sinatra o no tenía letra lo que bailaban? La conmovedora escena borró  detalles del sonido,  y los amigos amorosos,   enlazados  en  ritmo, mirada, sonrisa y  conversa, en una intimidad  solidaria que traspasa  cualquier manipuladora  intención publicitaria, permite augurar un proceder público   también sencillo y claro, sin doble moralidad, típico de quienes lejos de recibir o robar herencias materiales, saben forjar y proyectar  una heredad  trabajada, sana y  limpia.

¿Y qué más se debe  pedir en tiempos como  éste, allá y  por supuesto, aquí?

About The Author

Deja una respuesta