Protestas en Venezuela 2
Disturbios en Venezuela.

La revista digital italiana Prideonline, especializada en temas de las luchas homosexuales en el mundo,  publicó el 23 de abril una entrevista firmada por Michael Crisantemi con el escritor venezolano Antonio Mendoza Wolske, radicado desde hace décadas en Italia y habitual colaborador de Ideas de Babel. El tema central fue la lucha por los derechos de los homosexuales en el contexto de la crisis actual en Venezuela. Compartimos la entrevista.

Estos días estamos viendo en disturbios en Venezuela, un país que hasta Chávez fue un país rico, gracias al petróleo.

Por primera vez, los venezolanos se ven obligados a emigrar, algo a lo que no están acostumbrados, a diferencia  el resto de los habitantes de América del Sur. Maduro, considerado el sucesor del poder directamente nombrado por Chávez, ha saqueado las empresas privadas y ha reducido al hambre a miles de familias.

Pride Online ha entrevistado al escritor Antonio Mendoza Wolske sobre la actual crisis en Venezuela y especialmente sobre la situación de los homosexuales.

Antonio Mendoza Wolske
Mendoza Wolske: «En los años ochenta fuimos unos pocos lo que ‘salimos’ a la luz pública, contados con los dedos de una mano».

—Antonio, ¿qué está pasando en Venezuela desde su punto de vista? 

—Sucede que un gobierno aparentemente democrático ha devenido en una dictadura controlada por los narcotraficantes internacionales. El chavismo es una de las farsas ideológicas para legalizar el régimen. La caída de los precios del petróleo, más allá de las previsiones del Gobierno, afectó duramente la economía y no puede satisfacer las necesidades básicas. La gente sufre de hambre en el verdadero sentido de la palabra.

—¿Por qué se fue de Venezuela?

—Me fui de Venezuela hace 24 años, antes de la llegada de Chávez y no he vuelto más. El chavismo no es el problema, es solo una parte del verdadero problema, que es la mentalidad de la gente, intrínsicamente homófoba.

—¿Cómo se vivía la homosexualidad en su país de origen? 

—Escondiéndonos como ratas y tratando de convertirnos en invisibles.

—¿Era mejor para un artista?

—Uno debe cumplir con los requerimientos del sistema. La cultura venezolana es extremadamente rica, pero el sistema solo favorece a quienes se pliegan a sus exigencias. Mis libros fueron considerados ‘inapropiados’ y no han sido publicados.

—Volvamos al asunto homosexual…

—No existe el ‘orgullo gay’ sino la ‘vergüenza gay’. Las reglas principales han sido vergonzosas y no se pueden ir por allí y contar a la gente lo que uno es. Tu novio es todavía llamado ‘primo’, ‘amigo’, roommate. En los años ochenta fuimos unos pocos lo que ‘salimos’ a la luz pública, contados con los dedos de una mano. Las lesbianas ‘no existen’, la transfobia es alucinante. La promesa del matrimonio igualitario fue solo demagogia.

—¿Es posible hacer activismo en este contexto?

—En los últimos años está naciendo ese activismo y se están desarrollando algunos grupos y asociaciones LGBTI. En el pasado era algo impensable.

—¿Tu creación ha sido censurada por tu homosexualidad?

—Ocho casas editoriales rechazaron mi primer libro de poesía. Sólo uno tuvo la gentileza de contestarme. Me dijeron que era imposible publicarlo, so pena de la quema del libro, del poeta y del editor en la plaza pública. El segundo libro no fue publicado porque recibí amenazas de muerte. Me llamaban basura.

—¿Qué futuro ve para Venezuela?

—Ninguno. Odio decirlo, pero ninguno. Los procesos históricos o se resuelven o explotan. Lo siento por mi país porque está lleno de recursos pero su debilidad se encuentra en su mentalidad,

—¿Qué piensa de Italia?

—Está muy atrasada en los derechos civiles en Europa, pero gracias a Dios (que no tienen nada que ver con ninguna iglesia) también se montó en la cola del tren. La mentalidad es mediterránea, no tan diferente de los países de la América hispana. Sin embargo me encanta Italia, con sus méritos y sus defectos. En lo que pueda, lucho para hacerla mejor cada día. Estoy orgulloso de lo que hicimos aquí: las uniones civiles son un paso tímido, pero una primera conquista importante.

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