Un hombre irracional 2
Una vez más, Allen transita los linderos de su venerado Fedor Dostoyevski y sí, los suyos propios.

Woody Allen ya tiene una nueva película: Café Society (2016). La estrenó en el pasado Festival Internacional de Cine de Cannes, con Kirsten Stewart y Jesse Eisenberg dando un vistazo al viejo Hollywood, arrojando una mirada romántica desde el pasado. Woody tiene nueva película y ya piensa en otra con Kate Winslet, Jim Belushi, Justin Timberlake y Juno Temple. Por su fuera poco, también ha incursionado en la televisión, preparando para Amazon Studios una serie con Miley Cyrus y el propio Allen en el elenco. A sus 80 años, el realizador neoyorquino no ha bajado el ritmo ni un ápice. Emulando el vigor de otros directores legendarios como el ya desaparecido Manoel de Oliveira.

Allen vuelve a las carteleras locales, ya no con su última película, sino con la anterior: Un hombre Irracional (2015). Una historia que transita por el lado oscuro de su filmografía, aunque esta juegue a ratos con el espectro solar que irradia una de sus musas más recientes. Emma Stone sucumbe esta vez al espíritu atormentado de Joaquin Phoenix. En realidad, ella una estudiante universitaria, Jill, y él un profesor de Filosofía en su punto de quiebre. Una crisis existencial que le arrastra al abismo. El suyo, un viaje literal en caída libre, pese a que por un momento su espíritu resplandece.

Una vez más, Allen transita los linderos de su venerado Fedor Dostoyevski y sí, los suyos propios. Esta vez con menos sutileza y también reduciendo el tenor del suspense, a favor de una aproximación costumbrista dentro del campus universitario y la bucólica localidad burguesa que le rodea. Cargada de conversaciones existencialistas y, en medio, un pequeño giro, digno de Patricia Highsmith y sí, por qué no, de Alfred Hitchcock (el de Extraños en un tren y sí, también el de La soga). Aunque subrayamos contando todo al espectador. Sin menor temor a revelarlo todo, a que pierda ese deseo de construir a su lado y, más bien, apelando a la perplejidad de aquello que ocurre ante sus ojos, de aquello que emerge de la cabeza de Abe Lucas, quien pretende sacudir su mediocridad de la manera más inesperada posible.

El desparpajo de Allen esta vez es tan elocuente que aligera la carga. Así, Un hombre irracional no sostiene las duras cargas de Match Point o Crímenes y pecados. Quizás, dado su tono, esté más cerca de Misterioso asesinato en Manhattan, aunque la complejidad de su protagonista sea más profunda.

Un hombre irracional no llega sola. Llega en compañía de otras cintas dentro de la muestra de cine independiente estadounidense. Esa cita anual que reta al verano cinematográfico, pero que en Venezuela asoma un soplo de aire fresco ante la maltratada cartelera local donde incluso ya el blockbuster tradicional lo tiene cuesta arriba para llegar a la pantalla.

Junto a Un hombre irracional llegan ¡Ave César! de los hermanos Ethan y Joel Coen, Midnight Special de Jeff Nichols, Secretos de una leyenda (biopic sobre Miles Davis) de Don Cheadle, Todos los caminos conducen a Roma de Ella Lemhagen y una pieza ineludible: Yo, él y Raquel de Alfonso Gómez-Rejón.

Twitter: @cinemathon

*Publicado originalmente en www.cinemathon.wordpress.com

https://cinemathon.wordpress.com/2016/07/30/hombre-irracional-el-viaje-vertical/#more-7556

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