Comer en La Habana
Cambios impulsados por el Gobierno de la isla han hecho florecer cientos de bares y restaurantes.

 “¿Qué tipo de restaurante o bar quiere? ¿Internacional, ruso, ruidoso para gente joven, un lugar tranquilo o quiere bailar?”. Aquí en La Habana ahora tenemos de todo y, aunque no todos los cubanos lo pueden pagar, siempre están llenos. Adrián, cubano, 25 años, chef de profesión, dueño de un pequeño negocio de comida rápida, y quien de noche conduce un taxi de manera ilegal por las calles de La Habana para juntar el dinero y comprar los suministros para su local, echa por tierra bien rápido una de las cosas que había escuchado sobre La Habana antes de llegar a esta isla: que salir acá no era precisamente una experiencia interesante. Menos una gourmet. Y que más allá de los locales tradicionales, de pasear por el Malecón o de contemplar la vieja arquitectura de la ciudad, no había mucho más. Que lo mejor era apurarse en llegar a Varadero. “Es que esta es la nueva Cuba”, dice Adrián.

Son las 10 de la noche de un jueves. Es pleno invierno en el hemisferio norte. La ciudad está tranquila, no hay mucha gente en la calle. Agradezco entonces haberle pedido el número de celular a Adrián, el chef-taxista, para moverme con más facilidad. Hace tres años muy poca gente tenía móvil. Hace diez era impensable. Pero hoy es distinto.

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El Cocinero, del que se dice que es el mejor restaurante de Cuba.

A Adrián lo conocí en La Chuchería, uno de los nuevos negocios privados que repletan las calles de La Habana. Se trata de un bar con terraza al borde de la playa. Lleva abierto menos de un año.

Gracias a las medidas impulsadas por el gobierno de Raúl Castro, y que permiten que los particulares puedan arrendar una casa al Estado y colocar su negocio, cientos de bares y restaurantes nuevos se han abierto en los últimos tres años.

“Esa es la Cuba que viene”, me decía Mariví, una mujer que, haciendo suyas las medidas impulsadas, pronto comenzará a administrar la casa de una cubana que se casó con un italiano y que se aburrió de tenerla cerrada. “Todos nos estamos preparando porque, con lo que estamos viviendo, serán muchos los gringos que van a querer venir a Cuba”, me dijo.

Arriba del Lada 1600 del año 78 de Adrián, una herencia de su abuelo que trabajó en el gobierno de Fidel Castro y que él cuida con esmero y mucho ingenio, recorremos las calles de La Habana: están vacías. Solo cuando llegamos hasta calle 5.ª, esquina B, el ambiente comienza a cambiar. Acá está uno de los locales de moda. Se trata del Up & Down, un bar ubicado en pleno corazón de la zona de El Vedado. Una decena de autos tratando de estacionar, y un constante entrar y salir de gente dan cuenta de que sí, este es un lugar de moda para una clientela que bordea los 35 años, que gusta de buenos tragos –la carta es extensa en vodkas, whisky, tequilas y ginebras, además de varias alternativas de ron cubano– y buena comida.

En Up & Down la música es en inglés y español, y tan actual como la que se escucharía en cualquier radio de Colombia, México o Chile. El decorado con luces de neón y estética moderna dan cuenta de que esta no es la Cuba de Fidel o del Che, ni tampoco la de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés. Esto es otra cosa. Este bar lleva abierto apenas un año y ya tiene una clientela fiel que incluso paga 20 dólares por entrar a la sala VIP.

“Aquí se baila, pero si se quiere ir a un lugar de fiesta verdadera, hay que ir al Sangri-LA”, escucho decir a un parroquiano. Son las 12 de la noche cuando partimos.

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Restaurante El Litoral, frente al Malecón de La Habana.

El Sangri-LA abrió a mediados del 2012 y fue uno de los primeros en atreverse en este rubro en una época donde era muy difícil conseguir insumos. Hoy su carta es extensa y no es solo una lista: un rápido chequeo comprueba que tienen todo lo que prometen, lo que significa más de cincuenta variedades de alcohol en todas sus formas. Lo mismo con el menú de comidas, que abarca una más que razonable oferta de tapas y brochetas.

El local está en el sótano de una mansión en el reparto de Miramar. Se ve mucho turista, pero también hay cubanos adinerados que pueden pagar los 4 CUC que cuesta un mojito. El CUC, que es la moneda que deben utilizar los extranjeros en la isla, equivale casi a un dólar. Cuatro dólares por trago. El salario promedio de los cubanos es de casi 20 dólares.

Sangri-LA está lleno. Hay gente de todas las edades que baila al ritmo de la música que sale de unos grandes televisores estratégicamente ubicados a lo largo y ancho del lugar. No hay una sola bandera cubana.

Hay lugares para todos los gustos, me habían dicho antes de iniciar este recorrido, así que a las dos de la mañana del viernes me dirijo a un lugar silencioso para conversar y comer. Nos vamos a Espacios Tapas Restaurant, una casa de dos pisos con lindos vitrales, que en el periodo previo a la Revolución perteneció a cubanos adinerados. Ahora es del Estado y se arrienda. Funciona desde 2013. La decoración mezcla el glamour decimonónico habanero con el estilo de cualquier restaurante verdaderamente moderno, y se despliega en cada uno de los salones que se pasan hasta llegar a la terraza, un patio interior acogedor y cómodo.

Ahí nos explican que están abiertos hasta las seis de la mañana. Que jueves, viernes y sábado tienen shows de DJ y cantantes. Que no se puede decir que ganan dinero, pero que están bien por ahora. Que creen que esto solo puede mejorar.

Al final de esta noche, yo también ya lo creo.

¿Y la comida?

¿Se puede comer en Cuba a nivel internacional?

“Sí”, dice Cristóbal, un chileno de 30 años que lleva seis meses viviendo en La Habana. Cristóbal propone ir a Tabarish, un bar-restaurante ruso que abrió hace pocos meses. Sirven platos típicos como el borsch, una sopa de remolacha originaria de Ucrania, y tienen una larga lista de vodkas. Hay un menú por 9,90 CUC a la hora de almuerzo y, de noche, se puede bailar entre las mesas. Es un local para gente mayor.

En una aplicación que tiene la lista de todos los lugares para salir en La Habana, y que se actualiza a diario, me entero, gracias a Gaby, una estudiante de odontología de 23 años, de la dirección de El Cocinero, del que se dice que es el mejor restaurante de Cuba y que abrió a principios del 2013. Está ubicado en lo que fue una antigua fábrica de aceite vegetal y llama la atención por su elegante estilo y sabrosa carta. En esa lista también está El Litoral, en la zona de El Vedado, un lugar espacioso y con buena decoración.

Pero hay un lugar que nos habían definido como “el secreto mejor guardado de La Habana”. Se llama el Restaurante de Santy y es el único local donde se puede comer sushi. No hay ningún cartel ni señal de dónde está el local de Santiago Álvarez. Santy existe hace casi 10 años, pero para una clientela específica. Más bien para amigos de la casa, como explican aquí. Acá no hay carta: la pesca del día define lo que se ofrece. La comida es deliciosa. Los precios altísimos. El lugar es de primera.

Para cubanos adinerados

Son las 10 de la noche del sábado. Varios de los cubanos que he conocido a lo largo de este recorrido, y que han ayudado a hacer la lista de los nuevos lugares de esta nueva Cuba, se han animado a hacer el circuito conmigo. Y aquí estamos, parados en la puerta de Bolhabana, un bar de moda, el preferido, me dicen, de los cubanos adinerados.

Acá se siente el aire de la gente con más libertades.

Sigue siendo sábado cuando decidimos partir a Kpricho, un local ubicado en una zona residencial del sector Playa. Cuando llegamos, hay guardias de seguridad en la puerta, y también dentro del local, conteniendo a un grupo de uruguayos que entona canciones de su país a toda voz. No alcanza a ser un disturbio, pero los guardias actúan por precaución.

Los uruguayos de Kpricho se callan, pero, de una u otra forma, La Habana pareciera estar a punto de gritar.

El segundo mejor destino del 2015

En su sección de viajes del pasado mes de enero, el prestigioso diario The New York Times escogió los que, en su opinión, son los 52 destinos que sus lectores deberían visitar este año. En primer lugar, aparece la ciudad de Milán, en Italia, seguida de la isla de Cuba, a la que el diario se refiere como un potencial destino en el Caribe que cada vez cobra más fuerza.

Para dormir

La oferta de alojamientos en La Habana suma hospedajes en casas particulares, pero con buenos niveles de servicio, instalaciones y la posibilidad de convivir con una familia local.

Casa Geo: calle 45 n.° 2401 e/ 24 y 26, Miramar; tels. (53) 7 209 5669 y 5 296 9603.

Casa Esperanza: calle 36 n.° 724 e/ 7.ª y 17, Miramar; tels. (53) 7 203 7178 y 5 361 5006.

Marivi Prada: calle 44 n.° 1504 e/ 15 y 17, depto. 1, Playa;

tels. (53) 7 209 1026 y 5 292 8523.

Norma Martino: calle 36 n.° 115 e/ 1.ª y 3.ª, Playa; tels. (53) 7 202 4966 y 5 281 9809; Norman5@nauta.cu

Doce opciones más allá del Malecón

La Chuchería. Ambientado como una cafetería estadounidense de los años 50. Calle 1.ª n.° 4 e/ 28 y 30; tel. (53) 7 212 5013.

Estar Bien. Tiene una terraza ideal para el atardecer. Calle 29 n.° 205, entre B y C, Vedado; tel. (53) 7 830 0711.

El Bohemio. Bar de tapas y comida ligera. Calle 21 n.° 1065, entre 12 y 14, Vedado; tel. (53) 7 833 6918.

El Cocinero. Tiene una de las mejores cartas de Cuba. Calle 26 e/ 11 y 13, Vedado; tel. (53) 7 832 2355.

El Litoral. Rica comida, linda vista al Malecón. Malecón n.° 161 e/ K y L, Vedado; tel. (53) 7 830 2201.

Razones. Comida internacional. La terraza no es tan rica como el restaurante mismo. Calle F n.° 63 e/ 3.ª y 5.ª, Vedado; tel. (53) 7 832 4361.

Sangri-LA. El fuerte es la coctelería, también el baile. Está de moda. Calle 21 e/ 36 y 42, Miramar; tel. (53) 5 264 8343.

Bolhabana. Para bailar y conocer gente. Calle 39, esquina 50, Playa; tel. (53) 5 294 3572.

Café Fortuna. Decoración estilo antiguo, con objetos curiosos. Calle 24 y avenida Primera, playa. tel. (53) 5 413 3706.

Tabarish. Bar con inspiración rusa. Menú de almuerzo. Calle 20 n.° 503 e/ 5.ª y 7.ª, Miramar; tel. (53) 7 202 9188.

Restaurante de Santy. Con mucha razón se hablan de este lugar como ‘el secreto mejor guardado de Cuba’. Solo atiende con reserva. Calle 240A n.° 3C23 e/3.ª C y Río, Jaimanitas; tels. (53) 7 272 4998 y (53) 5 286 7039.

Espacio Tapas Restaurante. Un lugar tranquilo para conversar. Calle 10 n.° 513 e/5.ª y 7.ª, Playa; tel. (53) 7 202 2921.

ESTELA CABEZAS
El Mercurio (Chile)
La Habana.

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