Ida 2
Filmada en un hermoso blanco y negro, ‘Ida’ se revela como una película milimétrica.

Gracias al Festival de Cine Judí­o de Caracas y a la Embajada de Polonia podemos disfrutar una de las películas más importantes del cine contemporáneo de ese paí­s. Ida, del realizador británico de origen polaco Pawel Pawlikowski conmueve al contar la historia de Anna, una novicia que en la Polonia de 1960 está a punto de tomar sus votos como monja y se encuentra de pronto en una situación desconocida que exige tomar una decisión de mucha importancia. Casi por azar descubre a Wanda, una tía desconocida, abogada y funcionaria del Estado comunista, quien le revela un secreto pasado de su familia durante la ocupación nazi. Esa chica —huérfana desde su temprana niñez y criada en un convento— ha desarrollado una vocación religiosa muy sólida. Pero descubre también que su tía Wanda es judía y que su familia era judía, ergo, ella es Judá. De hecho, su nombre verdadero es Ida. Cómo puede tomar, entonces, sus votos como católica?

Ida se destaca por su intensa belleza dramática y plástica, en blanco y negro, por su narración sobria y expresiva, por el uso del tempo cinematográfico y el preciso dibujo de sus personajes. Décimo largometraje de Pawlikowski, trabaja el conflicto í­ntimo de un personaje que representa el valor del pensamiento religioso —ya sea católico o judío— en un mundo carente de esperanza. Las dudas de Anna afloran en un viaje con su tía hacia el pasado, en busca de la verdad y de las grandes decisiones. Realmente es un viaje en busca de sus propias verdades.

A sus 57 años, Pawlikowski ha desarrollado una carrera muy bien valorada en la televisión británica. Nació en Varsovia en 1957 y se graduó en literatura y filosofía en su paí­s. Luego se mudó a Inglaterra e hizo un posgrado en Oxford sobre literatura alemana. En el Reino Unido comenzó su trabajo como documentalista de televisión en 1991. Luego en 1998 inició sus piezas de ficción con The stringer. Con su segundo largo argumental Last resort (2000) ganó varios premios y lo mismo sucedió con My summer of love (2004) y La femme du Vème (2011), filmada en París. Ida es su quinta obra de ficción (tiene otros cinco documentales) y la primera que ha filmado en su natal Polonia.

En su trama convergen varios factores externos pero también íntimos. En el primer campo se establece la referencia a la siniestra era del nazismo en Polonia pero también se evidencia la hegemonía de la burocracia comunista a partir del término del Segunda Guerra Mundial. El conformismo del presente como alternativa al sufrimiento del pasado no es una salida real para la muchacha y por ello busca en la religión católica —también llena de dogmas y, en cierto modo, de conformismo— el sentido de su vida. En el segundo terreno, el más personal, las dudas de Anna se desplazan desde la ausencia de su propia familia —prácticamente desconocida—hasta la decisión de fe, entre la religión de sus ancestros y la que abrazó en su experiencia vital. Ella opta, toma una decisión, elige. Asume el sentido de su vida.

Filmada en un hermoso blanco y negro por Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski, Ida se revela como una obra milimétrica, si se me permite la expresión, en la medida en que cada plano, cada ángulo de cámara, cada diálogo, cada sonido, cada movimiento, se encuentran articulados como piezas de un ajedrez que se compone con el desarrollo de su trama. Nada es gratuito y todo tiene un porqué. Las actuaciones de Agata Trzebuchowska como Anna/Ida y deÂAgata Kulesza como Wanda son superlativas.

Pawlikowski realizó una obra muy especial, de rara calidad, que usted no debería perdérsela.

IDA (Ida) Polonia, 2013. Dirección: Pawel Pawlikowski. Guion: Pawel Pawlikowski y Rebecca Lenkiewicz Música: Kristian Selin Eidnes Andersen. Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski. Elenco: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski.

About The Author

Deja una respuesta